viernes, septiembre 17, 2010

Los contratos basura de UGT: los empleados de Cándido Méndez sí que son 'mileuristas'

 


El próximo 29 de septiembre UGT y CCOO intentarán paralizar el país contra la reforma laboral y en favor de unas condiciones de trabajo dignas. Lo que el sindicato que dirige Cándido Méndez intentará ocultar entonces es que sus propios trabajadores engordan en España la lista de los mileuristas. O ni siquiera eso.

Pese a que sus condiciones han mejorado sensiblemente en los últimos años, el último convenio marco aprobado por el sindicato para regular las condiciones de su plantilla establece unos salarios base que en muchos casos apenas sobrepasan los 900 euros netos mensuales al mes. Aunque no hay cifras oficiales, dentro del sindicato son muchas las voces que alertan también de un excesivo índice de precariedad, con contratos temporales o de obra.

El convenio vigente para este año ha reformado las categorías laborales, englobando por ejemplo para un único epígrafe a conserjes, limpiadoras, conductores, vigilantes o camareros. Su sueldo bruto al mes varía entre 1.114 y 1.126 euros.

Como tienen 14 pagas -dos de ellas extraordinarias- el salario se elevaría así a 15.596 euros brutos al año. Es decir, que el salario neto mensual está entre unos 890 y 900 euros aproximadamente. De acuerdo siempre con el convenio, una telefonista, una secretaria o un administrativo del nivel más bajo tendría un salario base de 911 euros. Tan sólo una secretaria de mayor categoría, un organizador sindical o un jefe administrativo logran superar los mil euros netos al mes. Según el convenio, la remuneración más alta es para los técnicos superiores bajo una categoría específica: la A+.

Requisitos

Pero llegar ahí tampoco es fácil porque UGT fija unas condiciones muy estrictas: "Se exige titulación universitaria superior, experiencia y formación específica para el puesto de trabajo, así como una completa autonomía en el desarrollo de su trabajo y responsabilidad sobre el ámbito o unidad de trabajo que le haya sido encomendada, organización y control de los procesos de trabajo a realizar y, en su caso, de los trabajadores que lo han de llevar a cabo, así como de su motivación, integración y forma". Todo ello al margen de un "dominio de los conocimientos y competencias requeridos para el desempeño del puesto y capacidad de solución de problemas y toma de decisiones en situaciones de alta complejidad técnica y humana".